Bajando la presión sube la revolución.
La búsqueda de la alternatividad y eficiencia en los medios de
transporte ha sido uno de los campos más grandes de investigación tanto a nivel
privado como público, esto debido a la complejidad y necesidad que representa
el tema.
Muchos se han enfocado en utilizar combustibles alternos, pero otros
han buscado optimizar el funcionamiento de la tecnología ya existente. Tal es
el caso del Motor a Diesel; que como todos sabemos funciona con una combustión
derivada de la aplicación de presión sobre el combustible (con combustiones
incompletas, en general); con lo que muchos pensaban aumentar la presión para
así hacer autos más eficientes, pero el paradigma ha cambiado.
Las industrias automotrices han desarrollado motores a diesel basados
en una relación de presión de 14:1 hasta llegar a la relación de 8.5 : 1 cuando
las relaciones de compresión estaban dadas de 16:1 y más. Logrando un motor con
hasta 7000 revoluciones por minuto.
Al disminuir la presión se ha logrado que las partes del motor sean
más ligeras (25%), y a su vez los demás componentes del auto; esto permite una
prolongación del tiempo de vida de las mismas. También han establecido un nuevo
tiempo para la dosificación del diesel, disminuyendo las combustiones incompletas,
cumplimiento así la (llamada estricta) normatividad sobre las emisiones,
utilizando un catalizador simple.
Todo lo mencionado anteriormente y muchas otras mejoras más, han
logrado que el motor a diesel haya superado los rendimientos, y la generación
de emisiones de los autos híbridos; alcanzando valores de 3.8 litros/100km comparados con el mejor de los
híbridos el cual tiene un rendimiento de 4.2 litros/100km.

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