Una de las iniciativas más importantes referentes a la iniciativa del calentamiento global en México es la Ley General del Cambio Climático aprobada el 6 de Diciembre del 2011. La ley comienza a causar ya controversia en el sector privado, específicamente el sector siderúrgico a través de la CANACERO levantaron la primera queja. Argumentan principalmente que la Ley no está conjugada a las necesidades reales del país y que las nuevas iniciativas limitan considerablemente el desarrollo económico del sector al agregar una carga fiscal a los combustibles fósiles.
Es importante primero destacar los lineamientos de la Ley General de Cambio Climático:
1. La nueva ley avala regular las emisiones antropogénicas que son contaminantes y que generen impactos negativos en el clima.
2. Para la regulación de estas emisiones se crea el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático que elaborará un inventario de emisiones.
3. Se crea el Fondo para el Cambio Climático para captar y canalizar recursos públicos, privados, nacionales e internacionales para enfrentar el cambio climático.
4. Se establece el Registro Nacional de Emisiones como el instrumento donde las personas físicas y morales responsables de establecimientos sujetos a reporte deberán inscribir su información anual.
5. Se faculta a la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático con la participación del Consejo de Cambio Climático a establecer un sistema de comercio de emisiones.
6. Dicha política incluirá un diagnóstico, planificación, medición, monitoreo, reporte, verificación y evaluación de emisiones, con metas específicas y sujetas a la disponibilidad de recursos económicos del sector al que va dirigido.
Es entendible que el sector de cualquier industria se encuentre preocupado por una nueva ley que amenaza fiscalizar temas ambientales, sobre todo cuando no se entiende muy bien su origen. Recordemos que las emisiones de carbono representan la suma de un proceso que incluye: energía eléctrica y energía de fuente de combustión interna. La ley esta comenzando a poner orden para contabilizar este impacto. Sobre todo, se pide que se diagnostique, se contabilice, y monitoree; a partir de ahí se podrían tomar medidas que sí implican un mayor control, pero generalmente son sencillas y que casi inmediatamente reflejan un ahorro de costos para la producción de la empresa.

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